"It is not the answer that enlightens, but the question."
Eugene Ionesco.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Tribo TV o la reinvención de la rueda...pero… ¿puede funcionar?

Que con la que ha caído estos años en el sector audiovisual tradicional sigan apareciendo aventureros dispuestos a dedicar su tiempo y su dinero a intentar redefinir el escenario de juego, resulta casi conmovedor (a la vez que sorprendente). Tal es el caso de TriboTV, el nuevo canal de televisión que ha comenzado a emitir en varias frecuencias locales de Madrid y a través de Euskaltel.

Lo cierto es que no se puede negar la originalidad (yo diría que casi bizarría) de la propuesta: se trata de un canal realizado a base de piezas de creadores amateurs que habitualmente cuelgan sus contenidos en la plataforma Youtube (los conocidos como “youtubers”). A primera vista, las imágenes sorprenden por la baja calidad de su realización, extraordinariamente lejos de los niveles que estamos acostumbrados a ver en un canal de televisión. En definitiva, no podemos olvidar que la mayoría de estas piezas están hechas con cámaras de aficionado en cualquier piso o garaje, con iluminación de circunstancias y audio de andar por casa. El quid de la cuestión es que casi todos estos “creadores” vienen acompañados por cientos de miles de seguidores que no se pierden ni uno de sus vídeos en Youtube.

Dicho así, esto de Tribo TV no parece ninguna mala idea. Se trata en realidad de “fusilar” el modelo de agregador de larga cola (long tail) que tan bien ha funcionado a Youtube: si los creadores me dan el contenido gratis (esto que en un canal tradicional es la principal fuente de coste), yo me dedico a emitirlo y a vender publicidad. El negocio parece servido. ¿O no?


Youtube killed TV star?

A pesar de todos los eslóganes rimbombantes  que se lanzan a diario sobre la muerte de la televisión tradicional, hay que reconocer que se trata de un muerto que aún goza de una salud envidiable, refrendada por sus millonarias audiencias y confirmada por la recuperación publicitaria que está experimentando en los últimos meses.

No obstante, y como era lógico, la explosión de internet ha ido poco a poco erosionado la atención casi exclusiva que los espectadores le prestaban antaño. Entre los públicos más jóvenes, lo de sentarse a ver la tele durante una o dos horas, sin ninguna otra ocupación, es ya cosa del pasado.

La llamada generación de los Millenials (aquellos que ahora están entre los 20 y los 35 años) supondrá el 75% de la fuerza laboral del mundo en el año 2025 (es decir, a la vuelta de la esquina) y, por tanto, tomarán las principales decisiones de consumo. Sus patrones de conducta a día de hoy no dejan lugar a dudas: de promedio pasan tres horas y media usando dispositivos móviles o computadoras, mientras que a la televisión tradicional sólo le dedican hora y media (lejos del consumo medio del conjunto de la población, que suele superar con creces las tres horas a nivel global). Además, dos tercios de los Millenials confiesan que cuando ven la televisión, realizan a la vez otras actividades, como participar en redes sociales.

Otro de los patrones protagonizados por este grupo de edad es el de la generación de sus propios contenidos: aproximadamente el 30% del tiempo que pasan online, lo dedican a crear su propio contenido, ya sean blogs, webs, reviews o vídeos. Con respecto a esto último, actualmente se suben a Youtube 13 millones de horas (el equivalente a unas 20 vidas) por mes

Con todas las cifras en la mano, sigo pensando que parece muy exagerado dar por muerta a la televisión tradicional, pero también resulta evidente que el grupo demográfico que copará los puestos de responsabilidad en una década, concede cada vez menos atención al medio televisivo.


Comprar en Zara o en la tienda de al lado

Es bien cierto que los negocios capaces de romper moldes y obtener rendimientos superiores a la media de sus industria son aquellos que consiguen redefinir alguna (o todas) las reglas del juego logrando así una ventaja competitiva sostenible. Los casos modernos son de sobra conocidos: Microsoft, Starbucks, Apple, Abercrombie, Google, Zara… Precisamente porque desafiar la ley de la gravedad está al alcance de pocos, aquel que lo consigue, vuela por encima de todos los demás.

Volviendo al caso de Tribo TV, hay que reconocer que la idea es curiosa: conscientes de que los anunciantes que quieren impactar adecuadamente a los Millenials (y a la generación que les sigue…) han de recurrir necesariamente a las redes sociales y empezar a hablar el lenguaje propio de estos grupos, los creadores de Tribo TV han pensado que por qué no volver a traer a ese público a la televisión con un canal hecho con los contenidos que les gustan (y aquí, lo más asimilable son los vídeos de Youtube). Además, esos contenidos son generados por la propia audiencia, con lo que se elimina la práctica totalidad del coste de programación. Una vez capturada esa audiencia, los anunciantes acudirán como moscas al panal de rica miel. Dicho así, parece redondo.

Pero intentemos analizar la propuesta con un ejemplo: imaginemos por un momento que no estamos hablando de televisión, sino de tiendas de moda. Haciendo una traslación, lo que un modelo como Tribo pretendería no es otra cosa que abrir una tienda al lado de un Zara para vender la misma ropa que vende Zara y al mismo precio. Usted, cliente habitual de Zara, decide probar un día en esta nueva tienda que parece tan buena idea (en definitiva ¿no es la ropa que a usted le gusta?). Sin embargo, pronto se da cuenta que, aunque se trata de la misma ropa, usted no puede elegirla sino que es el dependiente el que le vende la que a él le parece mejor, sin importarle siquiera su sexo o su talla. ¿Dónde acudirá usted la próxima vez que quiera comprar ropa de Zara?

El  gran éxito de Youtube es que es un negocio absoluto de long tail, donde el valor añadido está en la agregación masiva de contenido para poder servirlo individualmente en cualquier momento. Ni siquiera está en el propio contenido, que en su inmensa mayoría, es incapaz de competir en calidad con el que emiten las televisiones. Mientras que Youtube es un negocio de “muchos pocos”, es decir, de generar audiencias masivas con las pequeñas audiencias acumuladas de innumerables vídeos, la Televisión es uno de “pocos muchos”, es decir, de generar audiencias masivas con un único programa.


Otra vez la televisión local

Ya he comentado en este mismo blog en diferentes ocasiones el fracaso absoluto que supuso el lanzamiento de la televisión local en España. Recientemente se lanzó una propuesta local en Reino Unido (que también comentamos) y que parece que lleva un camino similar al español.

Hacer televisión es caro y existe una masa crítica de coste y de ingresos para que el negocio pueda funcionar y competir con la oferta existente. Tribo TV pretende generar una audiencia relevante, emitiendo a través de frecuencias locales y compitiendo no solo con una oferta televisiva multimillonaria sino contra Youtube. En el primer caso, sencillamente me parece que, sus contenidos son muy pobres para aparecer en este medio y resistir la comparación con cualquier programa tradicional. En el segundo caso, como hemos dicho antes, resulta difícil imaginar por qué alguien quiere ver lo que pone Tribo TV, cuando lo decida su programador, teniendo eso mismo en Youtube cuando quiera, y además miles de millones de horas más.


Particularmente, creo que Tribo TV es una de esas ideas que aparentan ser buenas en un powerpoint pero cuya materialización exitosa resulta poco verosímil. En cualquier caso, criticar las ideas de otro es mucho más fácil que tenerlas y ponerlas en práctica, así que desde aquí quiero manifestar todo mi respeto por esta iniciativa y mi deseo de equivocarme en el análisis que acabo de realizar. Aunque la verdad, me sorprendería.


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